Una
mañana de otoño diferente… los papás participaron de una jornada fundacional en
la Aldea. Cada uno traía de casa algo propio para compartir, desde un martillo,
cartón, telas, tijeras y… ricos mates. El encuentro comenzó, las miradas, los
gestos y las palabras entraron en juego, el aporte de cada uno a medida que
pasaban las horas se transformaba en grandes producciones con el sello personal
y grupal. Personajes, historias y escenografías serán el hilo conductor en cada grupo de chicos durante todo el año,
donde a través del juego espontaneo irán atravesando sus más profundos
procesos. Les dejamos algunas imágenes de un día
donde los papás jugaron y se encontraron con ese niño que tenemos dentro…
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